Fitch Ratings-Nueva York/Londres-21 de noviembre de 2024: El proceso presupuestario de Panamá para 2025 demuestra cómo los desafíos políticos podrían obstaculizar una rápida mejora de la débil posición fiscal del país, afirma Fitch Ratings. Este fue un factor clave de nuestra rebaja de la calificación soberana de Panamá a ‘BB+’/Estable desde ‘BBB-‘/Negativa en marzo de 2024. La
caída de los ingresos y el aumento del gasto hicieron que el déficit fiscal de Panamá durante los primeros nueve meses de 2024 (7,1% del PIB) superara el de cualquier año anterior, incluidos los de la pandemia. Proyectamos que el déficit fiscal de todo el año alcanzará el 6% del PIB, con un amplio margen de incertidumbre dependiendo de cuánto de un gran stock de atrasos puedan liquidar las autoridades y el resultado de una amnistía fiscal. Prevemos que la deuda/PIB alcance el 63% y los intereses/ingresos el 19,1%, peor de lo que esperábamos en nuestra rebaja de marzo.
El gobierno de José Raúl Mulino, que asumió el poder en julio, promete un “aterrizaje suave” en lugar de un ajuste abrupto para abordar los desequilibrios fiscales. Para permitirlo, relajó los límites de déficit en la ley de responsabilidad fiscal (LRSF), del 1,5% del PIB estipulado previamente al 4,0% del PIB en 2025, disminuyendo en 0,5 pp al año hasta el 1,5% en 2030.
El proceso presupuestario de 2025 ha demostrado lo difícil que puede ser la consolidación fiscal. El borrador original entregado a principios de octubre fue de USD 26.1 mil millones, marcadamente inferior al presupuesto modificado de 2024 de USD 31.5 mil millones. Sin embargo, el presupuesto aumentó a USD 30.1 mil millones en su versión final aprobada por la Asamblea Nacional a fines de mes. Esto se debió a revisiones al alza para revertir recortes de gasto que fueron involuntarios o sujetos a rechazo legislativo, o que habrían dejado al presupuesto sin cumplir con los requisitos legales (por ejemplo, 7% del PIB para educación).
Estas revisiones del gasto, que totalizan 4 puntos porcentuales del PIB, estuvieron acompañadas de una revisión al alza de 3,1 puntos porcentuales en los ingresos, lo que elevó el déficit presupuestario del 3,0% al 3,9%. Las proyecciones de ingresos ahora suponen un crecimiento dramático en las recaudaciones tributarias del 47% (según la estimación de Fitch para 2023, dado que el presupuesto no especifica las suyas) y mayores ingresos no tributarios varios.
Creemos que será difícil lograr una mejora tan grande. La recaudación tributaria de Panamá ha tenido un desempeño inferior al crecimiento económico durante mucho tiempo, cayendo del 10,3% al 7,7% del PIB en la década hasta 2023. Proyectamos una disminución adicional al 6,4% en 2024. Esto se debe principalmente a la pérdida de la regalía minera única del año pasado (0,5% del PIB) y un problema contable: un préstamo de USD 225 millones (0,3% del PIB) del instituto de seguridad social se registró como un anticipo de impuestos en 2023, y su reembolso en 2024 como una pérdida. Pero incluso sin tener en cuenta estos factores, el desempeño fiscal deficiente persiste.
Las autoridades esperan que sus esfuerzos para combatir la evasión fiscal reviertan esta tendencia. Los esfuerzos anteriores no lo han logrado, incluida la facturación electrónica y la penalización de la evasión fiscal. El desempeño fiscal deficiente de Panamá también refleja que los sectores que impulsan el crecimiento de su PIB tienen el tratamiento fiscal más favorable, por lo que abordar esto también puede requerir legislación.
Si los ingresos no cumplen con los ambiciosos objetivos presupuestarios, las autoridades han dicho que promulgarán medidas de contención del gasto. Pero tales esfuerzos pueden enfrentar el mismo rechazo observado en el proceso presupuestario de octubre y estarían en contradicción con la promesa del gobierno de no detener los proyectos de inversión y de llevar adelante varios más propios.
Además, el presupuesto de Panamá suele modificarse con frecuencia durante el año, creciendo un 1% del PIB en promedio en la última década, excluyendo los años de pandemia. Las autoridades pueden enfrentar presiones para hacerlo nuevamente si el presupuesto de 2025 resulta demasiado vinculante para algunas entidades.
Estos desafíos se reflejan en la nueva trayectoria de consolidación gradual del LRSF. Proyectamos que el logro de los objetivos del LRSF haría que la deuda bruta general/PIB aumentara del 63% en 2024 (o 57,1% neto de tenencias de deuda de seguridad social, en comparación con la mediana de «BB» del 55%) y se estabilizara en 66% para 2028. Se necesitaría una consolidación más rápida para comenzar a reducir la deuda/PIB, lo que señalamos como una sensibilidad clave para una acción de calificación positiva en nuestra revisión de calificación de marzo.