Evolución en el mercado de América Latina

Por lo general, una fintech exitosa pasa por cuatro fases de desarrollo. Al iniciar sus operaciones, su foco de atención está en hacer crecer su presencia en el mercado y adaptarse a las preferencias de los consumidores locales. Para lograr lo anterior, la fintech tiene que hacer inversiones importantes en tecnología y mercadeo, lo que a menudo se traduce en flujos de efectivo negativos. A medida que la empresa entra a la fase de crecimiento, su principal objetivo pasa a ser expandir sus operaciones, lo que conduce a un aumento en los costos de adquisición de clientes. En la fase de madurez, el foco de atención de una fintech pasa del crecimiento acelerado a la eficiencia operativa. Sin embargo, su objetivo final es alcanzar la cuarta etapa, caracterizada por un crecimiento sostenible y rentable.

En la siguiente imagen en la página siguiente se muestra una lista de estrategias que habitualmente adoptan las fintechs en cada una de estas etapas, aunque puede haber variaciones según el caso.

Fuente: Análisis de PCMI

En América Latina, las fintechs empezaron a ganar terreno a mediados de la década de 2010. Al principio lograron crecer gracias a que aprovecharon dos claras oportunidades de mercado. En primer lugar, como se mencionó anteriormente, enormes segmentos de la población latinoamericana (principalmente personas de bajos ingresos) estaban desatendidos por las instituciones financieras ya establecidas. En segundo lugar, algunos bancos tradicionales de la región tenían problemas notorios con la experiencia del cliente, razón por la cual los clientes estaban abiertos a probar soluciones innovadoras que les ofrecieran mayor rapidez y comodidad para acceder a los servicios financieros.

Durante estos primeros años del auge de las fintechs en América Latina se observó un aumento muy pronunciado de la inversión en este sector. Países como Brasil, México y Colombia se convirtieron en centros clave para la innovación de fintechs y empezaron a atraer montos sustanciales de fondos de capital de riesgo con la promesa de altos retornos. Las fintechs introdujeron nuevas tecnologías y mejoraron las prácticas en áreas como el otorgamiento de créditos (p. ej., con calificación crediticia alternativa), las remesas y el procesamiento de pagos. Sin la carga de grandes infraestructuras físicas, también podían cobrar comisiones más bajas o incluso (como muchas de ellas hicieron) ofrecer gratuitamente servicios tales como la emisión de tarjetas o apertura y mantenimiento de cuentas de ahorro o de depósito.

Gran parte del crecimiento de las fintechs durante esta fase inicial se dio gracias a la provisión de servicios financieros esenciales, como tarjetas y cuentas. La expansión de la presencia de estas empresas en el mercado requirió importantes inversiones en mercadeo y tecnología. Como era de esperarse, esto generó flujos de efectivo negativos, y los costos operativos a menudo se financiaron con fondos de capital de riesgo. A modo de ejemplo, Nubank —una de las fintechs más importantes de Brasil y América Latina— operó con pérdidas durante varios años antes de empezar a reportar utilidades en 2023.

En los últimos dos años ha disminuido el entusiasmo en torno a la creciente digitalización. Los inversionistas también se están volviendo más cautelosos y están poniendo mayor énfasis en el crecimiento sostenible y la rentabilidad. El número de startups financieras empezó a crecer a un ritmo más moderado en América Latina. Si bien el número de fintechs de la región aumentó en un 66 % entre 2017 y 2018, el crecimiento se desaceleró al 22 % entre 2021 y 2023.8

A su vez, muchas fintechs de Latinoamérica se han centrado en optimizar y agilizar sus operaciones. Muchas también están prestando más atención a diversificar los ingresos al priorizar productos que ofrezcan mayores márgenes y retornos, como préstamos e inversiones. El reto es acelerar la trayectoria hacia la rentabilidad sin sacrificar su ventaja innovadora. Dicho de otro modo, las fintechs buscan mantener altos niveles de eficiencia en costos y a la vez diversificar sus fuentes de ingresos mediante la innovación y exploración de nuevos productos y servicios.

5 rutas hacia la rentabilidad rápida

Las fintechs de América Latina están adoptando al menos cinco estrategias para mejorar su desempeño financiero, aumentar las utilidades y crecer de manera sostenible a medida que madura el ecosistema financiero de la región.

N.°1: Diversificación de las fuentes de ingresos: innovación en productos y servicios

A medida que se ha ido reduciendo la brecha de inclusión financiera, la oportunidad de negocio asociada con brindar acceso a servicios financieros básicos a las poblaciones desatendidas ha dejado de ser tan robusta como lo fue en la década de 2010, pero sigue siendo significativa. Por ejemplo, las tarjetas de crédito continúan siendo un producto financiero aspiracional (un producto que los clientes aspiran a adquirir conforme van aumentando sus ingresos) y, según datos de PCMI, son el método de pago preferido para compras online en muchos países latinoamericanos, incluidos Brasil, Colombia, Chile y México.

Hoy en día también existe un creciente interés por parte de los clientes en servicios financieros alternativos o “emergentes”, como instrumentos de inversión, seguros, criptomonedas, cuentas en moneda extranjera, etc.

Las fintechs necesitan identificar qué servicios y productos son los que mejor satisfacen las necesidades de sus clientes… y que al mismo tiempo contribuyan a su propio crecimiento sostenible (en la Tabla 3 se muestra una evaluación general por país). A la vez, las fintechs deben mejorar la experiencia del cliente para cada categoría de producto y asegurarse de que sus ofertas principales y las funcionalidades relacionadas con las mismas realmente agreguen valor para los consumidores. “Convertirse en multiproducto es una estrategia eficaz para lograr la rentabilidad, ya que permite a las empresas aumentar el ingreso medio por usuario”, comenta Miguel Armaza, cofundador de Gilgamesh Ventures. “Este abordaje no es nuevo, pero sigue siendo un factor crucial conforme las fintechs van madurando, ya que les permite expandirse más allá de los modelos tradicionales de ingresos como las comisiones por transacción”.

Muchas fintechs ya están avanzando en esta dirección mediante la integración a sus plataformas de una amplia gama de productos y servicios de valor agregado, desde herramientas de administración o de educación financiera hasta pago de facturas y microcréditos. Estos nuevos servicios no solo son más convenientes para los usuarios, con lo cual se fomenta la fidelización del cliente, sino que también abren nuevas fuentes potenciales de ingresos. Por ejemplo, la fintech mexicana Stori recientemente lanzó una tarjeta de crédito premium para usuarios que, pese a que tienen un buen historial crediticio, han contado con acceso limitado a financiamiento en los bancos tradicionales. La nueva tarjeta —llamada Stori Black— ofrece a los consumidores acceso a programas de cashback, cero comisiones anuales y la posibilidad de diferir el pago de las compras hasta por 12 meses sin intereses.9

Otro ejemplo es Kueski, una fintech mexicana que inicialmente se centró en microcréditos, pero que luego amplió su oferta para incluir servicios como pago de facturas y financiamiento de comercio electrónico con el esquema BNPL. Por último, Mercado Pago —la división financiera de Mercado Libre—, con una sólida presencia en países como Argentina, Brasil y México, ofrece a sus usuarios una billetera digital, seguros, préstamos y productos de inversión, y ha integrado todos estos servicios a su ecosistema de comercio electrónico.

N.°2: Afinación de la propuesta de valor

En algunos casos, explorar nuevos servicios y productos puede formar parte de una estrategia más amplia para refinar la propuesta de valor de una fintech. Mercado Pago es un buen ejemplo de esto: evolucionó para pasar de ser una solución interna centrada en los usuarios de Mercado Libre a ser un sistema independiente que, como ya se mencionó, les ofrece a sus clientes una amplia gama de servicios financieros.

Algunas fintechs también han prestado más atención a un segmento menos explorado: el de empresa a empresa (business-to-business o B2B), incluidas algunas que antes se centraban exclusivamente en el mercado de empresa a consumidor (business-to-consumer o B2C). Algunos ejemplos incluyen el caso de la fintech brasileña Creditas, la cual originalmente se centraba en créditos de consumo pero que ahora se ha expandido al sector B2B con tecnologías de calificación crediticia y administración de préstamos a bancos tradicionales y otras instituciones financieras. RappiPay —la solución de pago del servicio conocido como Rappi, de entrega B2C de última milla— ahora también brinda herramientas de procesamiento de pagos y administración financiera a pequeños restaurantes y tiendas, con lo cual les ayuda a agilizar sus operaciones.

“El panorama de las tecnologías financieras de América Latina ha evolucionado de manera acelerada”, señala Tory Jackson, jefe de desarrollo de negocios y estrategia de la plataforma de tecnología financiera Galileo. “A medida que el mercado se consolida, también se vuelve más difícil competir para las startups, a menos que ofrezcan algo verdaderamente disruptivo”.

De cara al futuro, el énfasis en la eficiencia operativa también será un factor crucial para las fintechs que quieran sobrevivir en un entorno más competitivo y con recursos limitados. Por lo tanto, centrarse en productos y servicios que produzcan buenos rendimientos y desinvertir o hacer mejoras significativas en los que no den buenos resultados también puede ser una estrategia eficaz.

N.°3: Búsqueda de alianzas estratégicas e integración de ecosistemas

Otra estrategia clave que han adoptado las fintechs es formar alianzas con empresas de terceros, incluidos grupos financieros, comercios minoristas, operadores de marketplaces u otros grupos de tecnología. Dichas alianzas permiten a las fintechs aprovechar la infraestructura y las grandes bases de clientes de estos socios, y a la vez brindar servicios específicos que complementan sus ofertas. Por lo tanto, las fintechs a menudo logran no solo aumentar sus ingresos, sino también ampliar su presencia e incrementar su credibilidad en el mercado.

Por ejemplo, Nubank —el banco en línea más importante de Brasil, que también tiene presencia en México y Colombia— ha formado alianzas estratégicas con minoristas y plataformas de comercio electrónico para integrar sus servicios bancarios a ecosistemas más amplios. Más recientemente, Nubank lanzó NuCel en Brasil, un servicio de telefonía móvil en alianza con Claro de México.10

Otro ejemplo es Fintual, una plataforma chilena para la administración de inversiones, que se ha asociado con bancos tradicionales y asesores f inancieros para ofrecer sus productos de inversión a través de las redes de sus socios. Esta colaboración le ha permitido llegar a un público más extenso y, al mismo tiempo, beneficiarse de la credibilidad y la infraestructura de instituciones financieras establecidas.

N.°4: Implementación de estrategias de administración de datos

En este nuevo contexto, la administración de datos eficaz también ha resultado ser un factor clave en las operaciones de las fintechs de América Latina. A diferencia de algunos sectores tradicionales, las fintechs se centran esencialmente en datos, lo que significa que continuamente recopilan y analizan datos en tiempo real para brindar servicios financieros personalizados a sus clientes. “Inherentemente son más ágiles y están más dirigidas por la tecnología”, comenta Jackson, de Galileo.

Por eso, es esencial que las fintechs tengan la capacidad de recopilar, proteger y utilizar datos de manera eficaz a fin de garantizar resultados positivos a largo plazo. Dicha capacidad puede ayudarlas a anticipar las necesidades de los consumidores, a determinar la mejor manera de atenderlos y a mejorar la experiencia del cliente. “Aunque hay algunas excepciones, los grandes bancos generalmente tienen sistemas fragmentados, casi como si fueran una colección de sistemas de diferentes divisiones y grupos adquiridos. Esta fragmentación genera retos y dificulta integrar y aprovechar los datos de manera eficaz”, dice Armaza, de Gilgamesh. “En cambio, las fintechs se basan en un sistema unificado, lo que les permite tener acceso a los datos y utilizarlos con mayor facilidad”.

Hoy en día, muchas fintechs en Latinoamérica están maximizando el valor de los datos a través de:

Big data y análisis de datos. Las fintechs utilizan tecnologías de big data para procesar y analizar grandes conjuntos de datos, lo cual es crucial para comprender el comportamiento de los clientes y las tendencias del mercado. Por ejemplo, el neobanco argentino Ualá emplea esta tecnología para comprender los hábitos de gasto y el comportamiento f inanciero de los clientes. Mediante el análisis de grandes conjuntos de datos, Ualá puede personalizar recomendaciones financieras y desarrollar nuevas funcionalidades para atender a las necesidades de los usuarios. “Aprovechamos extensamente los datos en todo nuestro ecosistema. Son fundamentales para la forma en que operamos, desde la calificación crediticia mediante nuestro sistema patentado UaláScore hasta la administración de fraudes”, observa Christopher Stromeyer, director de personal y jefe de estrategia de Ualá. “También utilizamos datos para dirigirnos específicamente a ciertos segmentos de usuarios, para realizar ventas cruzadas y para incentivar a los clientes a interactuar con diversos productos. En esencia, los datos definen cómo construimos nuestro ecosistema y fomentamos el crecimiento”, dice.

Inteligencia artificial y aprendizaje automático (IA/AA). Estas tecnologías se utilizan para realizar diversas tareas, entre ellas analizar grandes conjuntos de datos, desarrollar modelos de calificación crediticia, detectar fraudes y automatizar los procesos de toma de decisiones. A modo de ejemplo, la fintech mexicana Konfío —la cual se dedica a otorgar préstamos a pequeñas y medianas empresas (o pymes)— utiliza algoritmos de inteligencia artificial y aprendizaje automático para mejorar la eficiencia de su proceso de calificación crediticia. Kueski emplea IA/AA para acelerar la aprobación de préstamos, mientras que Nubank utiliza esta tecnología en chatbots de atención al cliente y para la detección de fraudes.

Otra prioridad importante de las fintechs es la seguridad de los datos de los clientes. Las siguientes son algunas de las tecnologías que se emplean para garantizar un alto nivel de seguridad:

Encriptación y tokenización. La encriptación es una práctica estándar que protege los datos sensibles durante la transmisión y el almacenamiento, salvaguardándolos del acceso no autorizado. En la industria de pagos, la tokenización es una de las formas de protección más utilizadas. Esta técnica reemplaza datos sensibles con tókenes no sensibles, lo que disminuye el riesgo de filtración de datos. Entre las fintechs que utilizan la tokenización para mejorar la seguridad de los pagos y reducir el riesgo de fraude se encuentran Pomelo, con sede en Argentina y oficinas en varios países, y Conekta, una empresa mexicana de procesamiento de pagos. Por su parte, Mercado Pago también utiliza la tokenización para proteger los datos de tarjetas de crédito, con lo cual se ha convertido en uno de los líderes en pagos seguros en línea de América Latina.

Seguridad mediante API de grado financiero (FAPI). Las FAPI son una serie de mejores prácticas y especificaciones diseñadas para mejorar la seguridad de las API que se utilizan en el sector financiero. Estas abordan la dinámica de regulaciones y seguridad que se genera en el contexto de la banca abierta y el intercambio de datos financieros. Este marco es particularmente importante para manejar el consentimiento y garantizar que el intercambio de datos cumpla con los requisitos regulatorios. Por ejemplo, en Latinoamérica, Belvo implementa estándares de seguridad FAPI para garantizar comunicaciones seguras entre instituciones f inancieras y aplicaciones de fintechs, lo que ayuda a las em presas a cumplir con las regulaciones locales de la banca abierta.

● Biometría y automatización robótica de procesos (ARP). El uso de autenticación biométrica —como huella dactilar y reconocimiento facial— agrega una capa adicional de seguridad al acceso por parte de los usuarios. La han utilizado empresas como Nubank, el neobanco mexicano Albo y Yape (una aplicación peruana popular para pagos móviles desarrollada por el Banco de Crédito del Perú). La ARP automatiza tareas rutinarias que ayudan a mejorar la eficiencia y disminuir los costos.

Por último, las fintechs de América Latina también se enfrentan a un entorno regulatorio complejo, con leyes de privacidad de datos que varían sustancialmente de un país a otro. Por lo tanto, también han adoptado diversas estrategias a fin de cumplir con estas regulaciones:

● Consentimiento explícito e informado. Las empresas trabajan para obtener el consentimiento claro de los clientes antes de recopilar y utilizar sus datos.

● Minimización de datos. Esta práctica consiste en recopilar solamente los datos que son necesarios para fines específicos, lo cual permite que las empresas se alineen con los requisitos legales y mitiguen los riesgos de f iltración de datos.

● Auditorías periódicas y revisiones de cumplimiento. Las fintechs realizan auditorías para garantizar un cumplimiento continuo de las leyes de privacidad de datos, que cambian constantemente, al identificar y abordar cualquier laguna en las prácticas de administración de datos.

N.°5: Aprovechamiento de las tecnologías de inteligencia artificial

Las fintechs también han utilizado tecnologías de inteligencia artificial (IA) en otras áreas además de la administración de datos. Por ejemplo, la IA les ha permitido automatizar tareas repetitivas, con lo cual han podido optimizar los costos y mejorar la eficiencia. Un ejemplo es la fintech mexicana Nexu, que ha integrado la IA a su proceso de otorgamiento de préstamos para automóviles. Mediante el uso de algoritmos de aprendizaje automático, Nexu agiliza la aprobación de préstamos para ofrecerles a sus clientes un proceso de solicitud más rápido y eficiente.

También han utilizado chatbots y asistentes virtuales operados por IA para brindar servicio al cliente, con lo cual han mejorado la participación y la satisfacción de los usuarios. A modo de ejemplo, el banco digital brasileño Inter aprovecha los asistentes virtuales operados por IA para manejar consultas básicas para que los agentes humanos se puedan concentrar en tareas más complejas y por tanto se logren mejores tiempos de respuesta. El neobanco Albo también tiene una iniciativa en este sector: “Desarrollamos un agente de IA llamado ‘Albot’ para brindar servicio al cliente. Albot contesta las preguntas de los clientes sobre su situación financiera y los ayuda a tomar decisiones”, comenta Dorothée Mare, jefe de personal en Albo.

Por último, la IA ha sido un elemento crucial en la detección y prevención de fraudes, ya que puede identificar rápidamente cambios en los patrones de operación. Un ejemplo: en Colombia, RappiPay ha utilizado algoritmos de aprendizaje automático para identificar anomalías en las transacciones que podrían ser indicativas de fraude, lo que le ha permitido a la empresa tomar medidas preventivas con rapidez. En todas estas tareas, las empresas deben asegurarse de que la IA se utilice de forma ética. Una forma de hacerlo es mediante la creación de un comité de revisión de IA compuesto por expertos en diversos ámbitos como asuntos legales, privacidad, productos y estrategia comercial. El comité puede evaluar las posibles ventajas, los riesgos y las implicaciones éticas de los proyectos de IA antes de implementarlos.

Fuente: Mastercard y Payments and Commerce Market Intelligence – Informe “La nueva era de inclusión financiera en América Latina” noviembre 2024. Puede descargarlo ingresando a la página web de MasterCard haciendo clic aquí.

Por admin

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