La agencia de calificación crediticia Fitch ha rebajado la calificación crediticia de Estados Unidos de AAA a AA+. Esta decisión se debe a la preocupación por el estado de las finanzas del país y la carga de su deuda. La rebaja podría significar que es menos probable que los prestatarios presten dinero al gobierno federal en condiciones favorables, lo que podría afectar a los contribuyentes.
La Casa Blanca ha criticado la decisión de Fitch, asegurando que se basa en “datos anticuados”. La administración de Joe Biden ha defendido también sus políticas económicas y ha asegurado que su presupuesto reduciría el déficit en más de 2 billones de dólares.
La Casa Blanca también respondió a la rebaja criticando el enfoque de calificación de Fitch, destacando la mejora de la economía bajo la presidencia de Biden en comparación con la administración anterior. La rebaja de la calificación crediticia en 2011 por parte de Standard & Poor’s después de una situación similar también se menciona como contexto histórico.
