El Banco Central Europeo (BCE) ha decidido mantener sin cambios sus tasas de referencia en su última reunión, después de haber realizado diez alzas consecutivas desde julio de 2022. Esta pausa en la política monetaria restrictiva era ampliamente anticipada por los mercados. A pesar de una situación económica menos favorable desde la última reunión en septiembre y una disminución en la inflación del 5.2% en agosto al 4.3% en septiembre en términos interanuales, la presidenta del BCE, Christine Lagarde, señaló que la política monetaria sigue teniendo un fuerte impacto en la economía, particularmente en el sector bancario.
El BCE ha mantenido el tipo de depósito de referencia en un 4%, su nivel más alto desde la introducción del euro en 1999, y los tipos de refinanciación y de facilidad marginal de crédito en 4.50% y 4.75%, respectivamente. La institución enfatiza la importancia de mantenerse estable y firme, descartando la posibilidad de reducir las tasas de interés. Además, se está monitoreando de cerca el impacto de las tensiones geopolíticas relacionadas con la guerra en Medio Oriente, lo que podría afectar el costo de la energía y el petróleo a corto plazo.
En resumen, el BCE ha decidido no cambiar sus tasas de referencia, a pesar de un entorno económico menos favorable y una disminución de la inflación. Se espera que mantengan esta postura restrictiva durante un tiempo suficiente para asegurar que la inflación vuelva a su objetivo del 2%. La decisión se basa en la incertidumbre relacionada con tensiones geopolíticas y riesgos inflacionistas. La mayoría de los economistas no anticipa una reducción de tasas antes del segundo semestre de 2024 debido a la persistencia de riesgos inflacionarios.
