Al cierre de noviembre de 2024, la cartera de créditos locales bruta del Sistema Bancario Nacional alcanzó un saldo de USD 64,183.2 millones, lo que representa un aumento del 5.3 % en comparación con el mismo período del año anterior. Este crecimiento equivale a un incremento absoluto de USD 3,237.7 millones. Este desempeño fue principalmente impulsado por el dinamismo en el segmento comercial y el consumo de los hogares, sugiriendo una mejora en la demanda en estas áreas clave del portafolio de crédito. No obstante, algunos sectores enfrentaron desafíos que resultaron en contracciones. Este crecimiento responde a una combinación de factores clave, incluyendo mejoras en las condiciones de crédito, un incremento en la confianza empresarial y un entorno macroeconómico que, aunque menos dinámico que en años anteriores, ofrece un contexto más propicio para el desarrollo de la actividad crediticia.
El sector agropecuario se consolidó como uno de los segmentos más dinámicos, con un crecimiento del 20.7% en la agricultura, que adicionó USD 102.06 millones a su cartera crediticia. Este desempeño refleja tanto un aumento en la demanda interna como una mejora en los incentivos de financiamiento dirigidos al sector. De manera similar, las actividades financieras y de seguros registraron un incremento del 11.4%, en línea con la expansión de los servicios financieros y un mayor dinamismo en los seguros comerciales y personales. Por su parte, el sector industrial creció un 11.1%, impulsado por la recuperación en la producción manufacturera y un incremento en la demanda de bienes industriales.
El comercio destacó como el principal motor del crecimiento del crédito total, registrando una expansión del 9.1 %, la mayor en términos absolutos. Este desempeño fue impulsado por un aumento en la actividad tanto minorista como mayorista, consolidando su posición como el sector de mayor contribución al dinamismo crediticio general. Por su parte, el consumo personal continuó creciendo a un ritmo del 4.4%, respaldado por el incremento en los ingresos disponibles y la mayor utilización de instrumentos de crédito revolvente, como las tarjetas de crédito. En tanto, el sector hipotecario registró una variación positiva del 2.9%, lo que evidencia continuidad en la demanda de crédito residencial, impulsada por condiciones de tasas competitivas y programas de apoyo al financiamiento habitacional.
No obstante, algunos sectores enfrentaron contracciones. La pesca registró una disminución del 33.2 %, equivalente a una reducción de USD 43.9 millones, afectada por condiciones climáticas adversas y limitaciones estructurales propias del sector. De manera similar, el segmento de minas y canteras cayó un 27.8 %. La construcción también mostró un desempeño negativo, con una caída del 0.6 %, reflejando los desafíos persistentes en la recuperación del sector inmobiliario y de infraestructura que se vienen observando a lo largo del año.