Al cierre del tercer trimestre de 2024, el Centro Bancario Internacional (CBI) de Panamá presentó una adecuada posición de liquidez y capital. El índice de liquidez del 54.95%, muestra que los bancos disponen de recursos suficientes para cubrir obligaciones a corto plazo, lo que refuerza su capacidad de respuesta ante posibles fluctuaciones de mercado o retiros masivos de depósitos. Por otro lado, la adecuación de capital, situada en 15.65%, supera con holgura los estándares regulatorios, lo cual refleja una estructura de capital robusta. Este nivel de capitalización y liquidez es muestra de la resiliencia y solidez financiera de las entidades bancarias del país, lo que ha permitido mantener la confianza de depositantes e inversionistas en el sistema bancario panameño.

Las operaciones del Centro Bancario Internacional (CBI) continúan mostrando un crecimiento sostenido, con un aumento interanual del 6.9% en los activos totales, que alcanzaron los USD 151,642 millones al cierre del período. Este desempeño refleja la resiliencia operativa del sistema, apoyado por una expansión en los activos productivos. En cuanto a los depósitos, estos también reflejan un crecimiento sólido, con un incremento del 6.8% en el período analizado. Este aumento en depósitos y activos productivos subraya la confianza de los depositantes e inversionistas en el sistema financiero panameño, así como su capacidad para adaptarse a las condiciones del mercado y continuar atrayendo capital.

El crecimiento observado en el CBI durante 2024 puede atribuirse a una estrategia enfocada en la mejora del rendimiento de los activos productivos y en la administración de los recursos disponibles. Esto ha sido posible reforzando la estructura de capital y pasivos, permitiendo al CBI mantener un perfil de rentabilidad sólido y una exposición al riesgo de manera controlada. Vale anotar que esto no sólo ha mejorado el desempeño operativo, sino que también ha establecido una base resiliente para enfrentar posibles desafíos del mercado. La expansión en el balance del CBI refleja una aceleración en el crecimiento de los activos productivos, impulsada en gran medida por un aumento en la cartera de créditos neta, que ha alcanzado los USD 94,141 millones. En lo que respecta a activos líquidos, estos se incrementaron en 1.1%, indicando una estrategia de reasignación hacia activos de mayor rendimiento.


La cartera de crédito del CBI, principal activo del balance creció 9.1%, que representó un 16.1% en el segmento externo y un 5.4% en el componente local. El componente de créditos locales del Sistema Bancario Nacional registró un saldo de USD 63,836 millones, al registrar un crecimiento del 5.4% en comparación con el mismo período del año anterior, lo que equivale a un incremento de USD 3,264 millones. Este desempeño positivo refleja una reactivación sostenida en la demanda de crédito, a pesar del menor desempeño macroeconómico, destacando la capacidad del sistema financiero panameño para adaptarse a un entorno de recuperación económica. En términos de nuevos desembolsos, las entidades bancarias alcanzaron los USD 18,875 millones en septiembre de 2024, que representa un incremento interanual del 13.3%. El crecimiento en el volumen de créditos sugiere una expansión en la capacidad de financiamiento de la banca, respaldada por condiciones crediticias favorables y un optimismo renovado en las perspectivas económicas.

La cartera crediticia de hogares registró un saldo de USD 18,524.3 millones en créditos hipotecarios y USD 14,041 millones en consumo personal al cierre de septiembre de 2024. Estos montos representan un crecimiento interanual del 3.8% en créditos hipotecarios y del 4.1% en consumo personal. Hacia adelante, el componente de hogares requerirá un enfoque que evalúe de manera cercana el perfil de riesgo de los clientes, junto con políticas de provisión prudentes y mecanismos de monitoreo continuo. Este enfoque será fundamental para mitigar el impacto potencial de eventos que podrían afectar la capacidad de pago de los hogares.

En cuanto a la salud de la cartera, se evidenció una materialización, si bien menor, todavía en niveles similares a hace un año. En su conjunto, la cartera morosa y vencida representa un 3.88% del saldo de la cartera. El indicador de cartera vencida total con relación al saldo de cartera registró un 2.27% en septiembre 2024. Este comportamiento denota que posiblemente se esté empezando a estabilizar los pagos de obligaciones, ya que el mes pasado esta ratio se ubicaba en 1.61%. Dado estos indicadores y el menor desempeño económico previsto para este año, que pudiese limitar la expansión del crédito y mantener elevados los activos improductivos, es relevante una gestión de riesgos proactiva. Por ello, es relevante que los bancos mantengan una política estricta de provisiones y continúen fortaleciendo sus estrategias de recuperación y reestructuración de créditos para mitigar riesgos prospectivos. Además, se requerirá una vigilancia intensificada sobre la calidad de los activos, y posibles ajustes en las políticas de otorgamiento de crédito, las cuales serán esenciales para preservar la estabilidad financiera del CBI.

Por el lado de resultados, al cierre del tercer trimestre, el CBI refleja un total de utilidades por el orden de USD 2,283 millones, con un crecimiento interanual de 9.2%. De las cuales se generan un 45% en la banca extranjera de licencia general, un 25% en la banca panameña privada, un 13% es generado en la banca oficial y un 17% en la banca de licencia internacional. Este crecimiento en conjunto del CBI se sostiene gracias al desempeño en el margen financiero, un incremento en otros ingresos operacionales del 14.5%, y un manejo eficiente de los egresos generales, que crecieron sólo un 7.5%, favoreciendo significativamente la eficiencia bancaria. La mejora en la rentabilidad del activo se debe principalmente al aumento del 14.5% en los otros ingresos operacionales, alcanzando los USD 2,541.3 millones hasta septiembre de 2024. Esta estabilidad en el margen de intereses es un factor positivo, aunque será clave monitorear la evolución de las tasas de interés y su impacto en el costo del fondeo. Otros componentes importantes muestran que los ingresos operacionales experimentaron un crecimiento del 8.1%.

En septiembre de 2024, el Centro Bancario Internacional (CBI) experimentó un crecimiento interanual de 6.8% en el saldo de captaciones bancarias, alcanzando un volumen total de depósitos de USD 107,352 millones. Este crecimiento se sustentó en dos pilares principales: un incremento del 6.2% en los depósitos internos, que alcanzaron los USD 65,624 millones, y un aumento del 7.8% en los depósitos de origen externo, que sumaron USD 41,728 millones. Países como Colombia, Ecuador y Venezuela representan una parte significativa de estos depósitos, con un 19%, 7% y 6% respectivamente. Este flujo constante de depósitos internacionales demuestra que Panamá mantiene su reputación como un centro financiero regional estable y confiable, especialmente para clientes de América Latina y el Caribe que buscan resguardar sus activos en un entorno financiero seguro.

Vale anotar que, de manera positiva, recientemente Fitch Ratings en su más reciente revisión de la plaza panameña destacó una mejora en el entorno operativo del sistema bancario panameño, cambiando su perspectiva de «Negativa» a «Estable» y reafirmando su puntaje en “BB+”. La calificadora reconoció que los desafíos enfrentados por el sector se han ido aliviando gradualmente, con un desempeño positivo en las métricas de crecimiento del crédito, calidad de los activos y rentabilidad superior a lo esperado, lo cual respalda la estabilidad del sistema financiero en Panamá.

El análisis integral de los principales indicadores financieros de los bancos muestra que el CBI se mantiene resiliente, con adecuados niveles de liquidez y capitalización, a pesar del menor dinamismo económico observado en el transcurso del año y los desafíos persistentes en el entorno externo. Las ratios de solvencia permanecen con niveles de holgura por encima de los requerimientos regulatorios, lo que refleja una adecuada gestión del capital y una posición sólida para enfrentar potenciales choques sistémicos. La capacidad de los bancos para mantener estos indicadores claves alineados con las normativas locales y los estándares internacionales de Basilea III será relevante para mitigar posibles riesgos asociados a un entorno económico incierto y preservar la confianza de los inversores y depositantes. Además, resulta prudente una vigilancia continua sobre las exposiciones a riesgos de crédito, de mercado y operacionales, para asegurar que las estrategias de mitigación sean tanto oportunas como efectivas, especialmente en segmentos más vulnerables del portafolio crediticio y por el crecimiento de ciertos instrumentos de crédito revolving, que podrían implicar riesgos en un contexto de tasas de interés elevadas. La Superintendencia de Bancos de Panamá (SBP) continuará ejerciendo un papel fundamental a través de un proceso de supervisión prudencial exhaustiva, que permita preservar la estabilidad financiera del sistema y anticipar posibles desajustes que puedan comprometer su robustez estructural.

Fuente: Informe de Actividad Bancaria Septiembre de 2024.

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