Por: Gustavo Valderrama Economista, especialista en Gestión Integral de Riesgos Bancarios y Macroeconomía. Maestría en Economía y Finanzas -INCAE.
Ex-Viceministro de Economía (2018 – 2019).
El sistema financiero ha pasado de ser un proveedor tradicional de servicios financieros a convertirse en un verdadero ecosistema tecnológico. Hoy, los bancos y fintechs no solo ofrecen cuentas, créditos o pagos, sino plataformas digitales que funcionan con la misma lógica de una empresa tecnológica, velocidad, experiencia, eficiencia y constante escalabilidad.
Los servicios digitales, rápidos y seguros, ya no son un valor agregado, son el núcleo de la propuesta de valor. El usuario espera inmediatez en las transacciones, cero tolerancia al error, continua interoperabilidad entre sistemas y un blindaje contra riesgos cibernéticos que les permita la confianza en su proveedor de servicios financieros.
La frontera entre banco y empresa tecnológica se ha transformado, lo que diferencia a los ganadores será su capacidad de innovar, invertir, capacitar y proteger al cliente en un entorno donde el crimen y los ciberataques buscan permanentemente vulnerar la confianza del sistema.
En este contexto, la regulación juega un rol crítico. Endurecer normas para proteger al consumidor y reforzar la infraestructura financiera no es un obstáculo, sino una condición necesaria para que la industria siga creciendo sin poner en riesgo sus cimientos.
En conclusión, la banca ya no es solo financiera: es tecnológica, digital y resiliente. Y los jugadores que no entiendan esto, será complicado mantenerse.
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