El nuevo Global Payments Report 2025 de McKinsey & Company señala que los pagos globales se encuentran en un punto de inflexión. Lo que antes era una carrera por la eficiencia se ha transformado en una competencia entre diversos sistemas de mercado, cada uno con sus propias filosofías, capacidades y limitaciones: algunos priorizan el control y la interoperabilidad bajo infraestructuras centralizadas, mientras otros impulsan la descentralización, la programabilidad y la integración con activos digitales e inteligencia artificial.
La industria de pagos generó US$2,5 billones en ingresos, respaldados por 3,6 billones de transacciones en todo el mundo, consolidándose como el segmento más valioso del sistema financiero global. Sin embargo, el crecimiento se desaceleró al 4 %, frente al 12 % registrado en 2023, debido a la caída de los márgenes, el fin del ciclo de tasas altas y la presión regulatoria sobre las comisiones.
Los pagos digitales ganan terreno: billeteras y transferencias A2A ya mueven un tercio del consumo globa
Entre 2019 y 2024, los ingresos globales por pagos aumentaron un promedio del 7 % anual. En 2024, Latinoamérica fue la región de mayor expansión (11 %), seguida de EMEA (8 %), Norteamérica (5 %) y Asia-Pacífico (-1 %).
A nivel estructural, los pagos entre cuentas (A2A) y las billeteras digitales ya representan 30 % del volumen global en puntos de venta, impulsados por mercados como India, Brasil y Nigeria.
El uso de efectivo continúa cayendo, representando el 46 % de los pagos globales, frente al 50 % en 2023.
McKinsey prevé que los ingresos totales del sector alcancen US$3 billones en 2029, con un crecimiento promedio del 4 % anual. El dinamismo del sector se moderará en los próximos años. A medida que los consumidores migran hacia métodos de pago de menor costo —como las transferencias entre cuentas (A2A) y las billeteras digitales—, los ingresos por transacciones tenderán a crecer más lentamente. Además, las presiones regulatorias sobre las tarifas de intercambio y el auge de plataformas de pago con menores márgenes están reduciendo la rentabilidad de los modelos tradicionales basados en comisiones.


Tres fuerzas que transforman los pagos
McKinsey identifica tres megatendencias que están redefiniendo la industria:
- Fragmentación y soberanía de pagos.
La geopolítica impulsa la creación de sistemas locales y regionales —como Pix (Brasil), UPI (India) o Bizum (España)— para reducir la dependencia de redes globales. Esto puede conducir a un mundo con múltiples rieles interoperables o a un mosaico de estándares regionales desconectados. - Adopción acelerada de monedas estables y dinero tokenizado.
La emisión de stablecoins se duplicó desde 2024, y aunque su volumen aún es limitado (US$30.000 millones diarios), el avance regulatorio en EE. UU., la UE y Asia impulsa su integración en pagos transfronterizos, gestión de tesorería y cobertura contra inflación. - Revolución impulsada por la inteligencia artificial.
La IA ya se aplica en ruteo de pagos, detección de fraudes y conciliaciones automatizadas.
Surgen los llamados agentes de IA (agentic commerce), capaces de realizar compras y pagos en nombre del usuario.
Empresas como Visa, PayPal, Mastercard y Stripe ya desarrollan soluciones de pago inteligentes integradas con IA.
Una industria en reconfiguración
El informe destaca que los actores del ecosistema —proveedores, comercios y plataformas— deberán reinventar sus modelos de negocio en torno a tres principios: agilidad, arquitectura y confianza.
Los ganadores serán aquellos que logren simplificar la complejidad, conectar infraestructuras y generar confianza en entornos automatizados.
Entre las seis estrategias clave que propone McKinsey para prosperar en la próxima era de pagos están:
- Diseñar para la simplicidad inteligente.
- Tratar la interoperabilidad como infraestructura.
- Mover la inteligencia hacia el borde (edge).
- Hacer el cumplimiento normativo programable.
- Integrarse en ecosistemas en lugar de competir contra ellos.
- Construir confianza desde el inicio en cada flujo transaccional.
Conclusión
El sector de los pagos no solo se adapta a nuevas tecnologías: está redefiniendo sus fundamentos frente a fuerzas geopolíticas, monedas digitales e inteligencia artificial.
Según McKinsey, el éxito dependerá de quienes logren convertir la fragmentación en interoperabilidad y la complejidad en confianza.
“El futuro de los pagos será fragmentado, inteligente y programable. La confianza será el activo más valioso”, resume McKinsey.
Descarga el informe completo aquí: https://www.mckinsey.com/industries/financial-services/our-insights/global-payments-report